Madre nuestra que estás en el tiempo y en las horas, en las
noches de hospital y en las puertas de la cárcel; Tú que eres creadora y
universal, que sabes lo que es llevar en tu vientre la vida, y engendrar, y dar
a luz; Benditas sean tus manos de cuidado y de ternura, las que acarician,
abrazan y soportan el duro trabajo; Muévanse los corazones para ser agradecidos
por el don y el regalo, por saberse protegidos y amados; Disculpa los excesos
del egoísmo y de la soberbia que hacen al ser humano romper con su maternidad
primigenia y le devuelven a la prisión de su mundo limitado; Ábrenos a la
gracia de los atardeceres en silencio y de las risas compartidas; Muéstranos
las lágrimas por el dolor que nunca será sólo tuyo; Libéranos de los males de
nuestro mundo, especialmente, de la indiferencia; Infunde palabras de consuelo
y de cariño para que nos acompañen en el corto o largo camino de nuestra vida;
Y sácianos del alimento, que nadie prepara como tú, el que colma nuestros
cuerpos y nuestros espíritus; Amén.
sábado, 18 de junio de 2022
MADRENUESTRA
lunes, 11 de abril de 2022
GUERRA
Se ha roto la cáscara del huevo y asoma la cabeza de
serpiente. En sus ojos se ve el silencio y la muerte. Su lengua escupe el
veneno que atraviesa cada palmo de la piel. Dicen que se arrastra por una
especie de castigo divino, pero su movimiento es como una danza sálmica y
ritual. El mal existe. Existen demonios y diablos, en cada uno de nosotros,
capaces de romper el alma hasta la extenuación. No siempre es fácil reconocerlos:
se mezclan entre los ángeles, caminan como uno más, dibujan sonrisas y
desprenden leche y miel. Se disfrazan de mentira y entonan cánticos de sirena
para robarte la paz. Siempre ha habido y habrá conflictos. Siempre ha habido y
habrá guerras. Guerras silenciadas y oscuras. Guerras vergonzantes y abusivas.
Jesús lo sabía. Él estuvo del lado de las víctimas. Sufrió los golpes y la
difamación. Nunca dejó de mirar a los ojos, de creer en el ser humano, de
enamorarse de la vida, de perdonar sin aliento. Perdió el miedo a la muerte y
entonces brotó la primavera. En él nuestra esperanza y nuestra fe siguen
teniendo sentido, aunque sea con este nudo en el estómago.
lunes, 28 de febrero de 2022
LA MENTIRA
La
mentira anida con facilidad en nosotros. Se cuela de forma sutil. Sus
muletillas son: “todos lo hacen”; “no tiene tanta importancia”; “es más
prudente”. Así se va alimentando un río de superficialidad, de complacencia, de
hedonismo, incluso espiritual.
La acomodación y el
bienestar son la parálisis de la vida entregada: “tú cede, así serás más
valorado, más reconocido, más considerado, llegarás más lejos”. Más lejos ¿de
dónde? Más lejos ¿de qué? Más lejos ¿de quién?
¿De Dios? ¿De la escucha?
¿De la comprensión? ¿De la sinceridad?
Ya a los niños se les
educa. Mejor que no vean ciertas cosas; que no entren en los hospitales, en las
residencias, en zonas de pobreza o exclusión. Se les oculta y se les niega el
dolor, la enfermedad, el sufrimiento, la muerte. Como si por no verlo, no
existiese.
Y nos protegemos con las
apariencias, con disfraces, con trajes y caretas, pensando que así, a lo mejor,
no ven nuestra piel, nuestra debilidad, la fragilidad que nos acompaña.
Precisamente esa que el Señor conoce y por la cual se conmueve y nos ama.
Y como cada atardecer rezamos el mismo cántico del magníficat: Proclama mi alma la grandeza del Señor por que lo que ha mirado es la humildad de su esclava.
jueves, 20 de enero de 2022
SALMO 49 (Del libro "Aunque las Piedras Callasen. Salmos para el camino")
Giróvago
Si te sumerges en mis ojos verdes podrás descifrar los significados.
Las secuelas de aquella bomba que todavía estalla en mis oídos; mi dedicación
al deporte y a la educación; mi fe en una política que intenta despertar lo
mejor de cada persona; la danza: bailar es como deletrear las sílabas de Dios
con cada parte del cuerpo. Así he ido atravesando el tiempo errante y
peregrino. Consciente del peso y de las huellas. La sabiduría y la inteligencia
de lo cotidiano. La lección que te llega por boca de la desgracia y la
capacidad de sostener la mirada a la muerte. Y es entonces cuando he atravesado
los umbrales de ese hogar eterno. Fuera los miedos y las lamentaciones. Fuera
las riquezas que no perduran y las vanidades. Mi voz tiene más luz desde que entraste en mi vida. Sigiloso, como la brisa del atardecer, radiante. Ahora me
dedico a servir. Puede parecer una tontería pero intento que todo tenga
sentido. Comprar un helado de mango a mí hija, sacar una sonrisa al camarero,
quitarle peso a mi mujer, apretar el hombro de ese chaval que no se encuentra…
Danzo errante por el barrio. Soy como esos bailarines sufíes que dan vueltas y
vueltas buscando el centro. Yo giro y giro rozándome con la gente. Siento,
escucho, aprendo, no paso de largo, no evito la mirada. Fuera los miedos y las
lamentaciones. Fuera las riquezas y las vanidades. Es tiempo de creer y yo he tenido
la suerte de bailar al ritmo del Espíritu. Con una mano hacia lo alto y con la
otra mirando a la tierra. Qué imagen más bella. Que todo tenga sentido. Como el
latido del corazón; como los brillos del ocaso; como la nube de estrellas. Deja
que Dios te posea y el cuerpo será lenguaje. Así es la caligrafía de lo eterno
y el mundo sigue girando.